Mañana extraordinaria para correr en la que ha sido mi primera experiencia en la Media Maratón Rockera de Villaverde, dentro de mi calendario de preparación para la Maratón de Sevilla en el que hay dos Medias, ésta y la de Getafe a finales de Enero.
Como el dicho “algo tendrá el agua cuando la bendicen”, lo mismo ocurre con esta carrera, algo tendrá cuando cumple XXXIII ediciones, que se dice pronto, y desde luego me ha parecido una prueba para repetir. Poco saturada, con un recorrido que desde el km 2 al 13 discurre por el parque lineal del Manzanares (imagino que con lluvia será menos agradable), y más o menos un km más por el parque de la Dehesa Boyal, bien organizada, con muchísimos voluntarios y hasta 4 puntos a avituallamiento, buen ambiente, y un recorrido algo exigente pero entretenido.
Como digo, me presento con la única pretensión de intentar correr a ritmo de maratón, que en este caso vengo calculando en un 5:20″ el kilómetro. Los días previos me encuentro con ganas, hace mucho que no corro una prueba, y aunque no quiero exprimirme, apetece dar un poquitín más y divertirse. En este caso otro aliciente es correr con mi primo Mario, que también prepara Sevilla desde Toledo, y esta es una excusa para vernos y compartir una mañana de running que luce espectacular.
Dicho y hecho, comienza la carrera y empezamos con ese ritmo contenido, disfrutando del parque y del ambiente (en una carrera ve uno historias muy bonitas de superación, desde 2 marchistas a un invidente con su guía, pasando por un señor bastante pero que bastante mayor tirando de la silla de su hijo con deficiencia, y a los que finalmente veríamos cruzar la meta como unos jabatos). Vamos cómodos, charlando pero a un ritmillo interesante, por debajo de nuestras expectativas. Esta primera parte es bastante suave pero con toboganes, y llega hasta el km 13, por el que pasamos yo calculo que a una media de unos 5:15″ por km.
En ese km 13 se sale del parque y volvemos al asfalto, para comenzar los km más duros. Desde aquí hasta el final muchos toboganes, bastante más pronunciados, pero con tendencia ascendente. Aquí me veo con ganas de probar y convertir estos 8 km en un entrenamiento de calidad, y aumento el ritmo sustancialmente pese a las rampas. Mi primo, más sensato que yo, y ante la preparación de su primera maratón, decide quedarse y seguir el plan establecido, que de hecho ya estaba superando con el ritmo que llevábamos.
Estos 8 km la verdad que me sirven para disfrutar muchísimo de la carrera, como voy de menos a más, una constante en mis ultimas medias, no hago más que pasar a otros corredores, muy apreciablemente en las muchas subidas que nos vamos encontrando en el recorrido, bastante divertido con esos toboganes y giros constantes.
Estos 8 km calculo que los hago a una media de 4:50″, que dadas mis capacidades y el perfil, está muy requetebién, sobre todo porque me veo con bastante fuerza, de hecho los dos últimos km van por debajo de 4:40″, siendo el último el más duro de toda la carrera, con una subida final bastante potente de unos 400m hasta la meta.
Al final tiempo oficial de 1:47:09″, a una media de 5:03″ según mi Garmin.
En resumen, muy contento con las sensaciones, he pasado la prueba con buena nota, me he visto con fuerza para poder seguir, aunque no nos engañemos, no es algo que pueda hacer todos los días sin consecuencias físicas para mi preparación. Pero de vez en cuando viene bien un test de estas características para ver donde está uno y de lo que es capaz.
Mi primo Mario al final llegó un par de minutos por detrás, también muy contento y con muchísima fuerza de reserva en el zurrón. El cabrón se va a salir en Sevilla, no tengo ninguna duda, por capacidad, constancia, método, y por esa cabecita privilegiada que Dios le ha dado.